miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tikehau

Si en noviembre del año pasado añorábamos La Palma, imagínense cómo echamos de menos ahora los remotos mares del Sur, mientras afuera sopla el gélido viento de Vilafranca. Buen momento para continuar el relato de nuestra aventura...
Con retraso por lo del cambio de la rueda del avión, partimos a la última de las Tuamotu que visitamos. El vuelo apenas dura un cuarto de hora, porque la isla está separada de Rangiroa apenas 20 km...Ya desde el aire Tikehau promete. Es un gran anillo de cientos de islitas deshabitadas rodeadas de arena blanca donde se balancean los cocoteros...




En un 'motu' un poco más grande se asienta la capital (Tuherahera) y el aeropuerto:


A dos minutos de la miniterminal está nuestra pensión, 'Chez Justine'; el bungalowsito en la playa es un lujo.


Por la noche una cena fantástica con nuestros vecinos, una familia numerosa francesa, aunque con el trabajo de director de liceo francés del padre, han vivido en medio mundo, menos en Francia...ya dijimos que el turismo en las Tuamotu es de gente poco convencional.
En Tikehau hay una excursión 'clásica' a la que nos apuntamos con nuestros vecinos para el día siguiente (con los padres, que la juventud se quedó echada en la playa)
Por supuesto, la excursión en barco, cruzando la laguna de Tikehau.


La primera visita es a un 'motu' utópico: l'île d'Eden:


El lugar lo llevan dos familias pertenecientes a una secta algo apocalíptica. O al menos eso parece cuando bajas a tierra:


Como no hicieron proselitismo, no nos enteramos mucho de que iba la secta, pero si que te enseñan como viven. La idea es arreglárselas en el motu de manera autosuficiente y ecológica. Cultivan casi todos sus alimentos, cuidan animales, reciclan todo, aprovechan el agua de lluvia,...Con este plan de vida, el motu parece una huerta del mediterráneo, todo muy cuidado y ordenado.


A ojos de un occidental todo muy trabajado y bien pensado, bastante diferente de las fincas polinesias... Aunque nos dio la impresión de que a ojos de un polinesio medio tanto surco y tanto trabajo es un poco absurdo... Con un mar lleno de peces, un clima generoso en temperaturas y lluvia (bueno, en las Tuamotu llegan a tener algún problema de falta de agua, pero porque habitualmente no falta...), cocoteros a mansalva...¡habrá necesidad! A cuento de qué levantarse a las miles de la madrugada a limpiar de hierbitas la finca, podar arbolitos, arar. ¿No es más sencillo ir a pescar un rato, recoger dos cocos por la playa, y lanzar unas pipas de mango por la ladera, que crecen solos?Y luego, cuando apriete el sol, nos echamos a la sombrita, a coger resuello para tocar la guitarra desde el atardecer a la madrugada...¿No viven acaso en el paraíso? Nosotros nos quedamos con la vida polinesia,...si vives en Polinesia.
La visita continua en un motu del interior de la laguna, l'Île aux Oiseaux,


que como su nombre indica, está llena de pájaros,a los cuáles uno se puede acercar todo lo que quiera. Ya se pueden imaginar a Dani haciendo miles de fotos (pero el francés, que también era pajarero, hizo más...)
Actualización 2016:  Grupo de Brown Noddies, Anous stolidus
Actualización 2016: Pollo de Sula cf. leucogaster o cf. dactylatra
Actualización 2016: White tern, Gygis alba
Actualización 2016: Fragata...Inmaduro de Great frigatebird, Fregata minor


Volvemos a embarcarnos , ahora a un motu propiedad del guía; mientras descansamos en la playa nos preparan una abundante y sabrosa comida:




Actualización 2016: Coco, Cocos nucifera






Tikehau tiene una laguna de unos 20 km de diámetro. Justito las dimensiones para poder ver el anillo completo, aunque la curvatura terrestre sólo permite ver las copas de los cocoteros más altos del otro extremo:


Paseando por el motu podemos ver como la vegetación intenta instalarse en la poca superficie disponible sobre el nivel del mar:


Actualización 2016 ¿Heliotropium foertherianum?

De vuelta a casa, disfrutamos de un atardecer limpio de nubes en la remota Tikehau.

Otro día en el paraíso: por la mañana las limícolas desayunan en la playa:
Actualización 2016: Tringa sp.


Nosotros, también desayunados, nos vamos a pasear por nuestro Motu:






La calle principal está flanqueada por casitas rodeadas de jardines con flores de todos los colores. Como pega el sol, la gente está a la sombrita.


Si por la mañana fuimos a pié, por la tarde en bici. El Motu se cruza en unos 20 minutos...



Otro día. Como despedida, había que hacer unas inmersiones...En Tikehau es fantástico, porque de paso te pasean por media isla...y ya es un clásico: Dani con botellas, y Marián de gratis con gafas y tubo, invitada...


Primero nos llevaron a un motu semisumergido en el centro de la laguna, donde vienen mantas a limpiarse. Verlas las vimos, pero sólo desde el barco. Luego lanzaron a Dani a un agua turbia para intentar verlas, pero nada de nada. Después, con gafas y tubo en el exterior del arrecife, vimos peces de todos los colores, y más de un tiburón. Finalmente Dani volvió a hacer una entrada en la laguna con la corriente:





Nuestra última mañana la aprovechamos para pasear. El tiempo está ventoso, amenaza lluvia y en el exterior el mar bate con fuerza. Pero en nuestro siguiente destino, en la próxima entrada, volvimos a tener muy buen tiempo. ¡¡¡Nos vemos en Tahití!!!