martes, 16 de mayo de 2017

En ruta, cruzando el norte de Namibia...

Cruz del Sur reflejada en las aguas del río Kavango, frontera Namibia-Angola
Visitado el Parque Nacional de Chobe por agua y por tierra, y habiendo visto elefantes y leones entre otros muchos animales, nuestro objetivo en esta zona del mundo estaba cumplido...
Salimos de Kasane -Botswana-  dispuestos a hacer kilómetros en dirección a Namibia...
Baobab a la salida de Kasane

Las largas carreteras africanas...

Curiosamente, las sabanas de estas latitudes tropicales sur tienen un aire extrañamente otoñal, sin que la cosa tenga nada que ver con el otoño (en realidad es invierno, pero el amarilleo de las hojas es por estar en estación seca...estrés hídrico, se llama)

Justo en el paso fronterizo de Ngoma Bridge, que nos separa Botswana de Namibia, crece un bonito grupo de baobabs con vistas al río Chobe:

Al otro lado del río ya es Namibia

Y en el lecho del río abunda la fauna africana
Cebras y Kudus...

Según entramos a Namibia, aparecen pequeños poblados con cercados de cañizo (para evitar la entrada tanto de animales domésticos como salvajes) muy pintorescos...
Las fotos están hechas desde el coche en marcha...no había mucho tiempo para altos en el camino si queríamos avanzar.


Pero comer hay que comer,... paramos en la pequeña ciudad fronteriza de Katima Mulilo con ese único objetivo; pero como siempre, la comida se hizo esperar largo rato...
Calle principal de Katima Mulilo, a escasos kilómetros de la vecina Angola...
Tanto rato que ya no hubo más paradas para fotos de ruta...En la primera que tenemos después de varias horas de camino, estamos cómodamente instalados en un remoto (y básico) camping:
Había hasta tele...

La foto no refleja la pequeña odisea de esa tarde-noche para encontrar alojamiento...
En efecto, después de comer tiramos kilómetros en territorio namibio, para finalmente volver a cruzar la frontera: entramos de nuevo en Botswana por el paso de Mohembo, casi al final de la Caprivi Strip (una franja negociada por Alemania a finales del XIX para intentar unir Namibia con la actual Tanzania, ambas colonias de este país, a través del río Zambeze. Las cataratas Victoria hicieron inviable dicha ruta, pero la franja continúa siendo parte de Namibia...)
Volviendo al paso de Mohembo, nuestro objetivo son la Tsorilo Hills, unas colinas que rompen la monotonía del paisaje llano del norte de Botswana y donde abundan las pinturas rupestres de los San. A la frontera llegamos justitos (porque a las seis de la tarde cierran, uno no pasa cuando quiere). Nos dirigimos ya atardeciendo hacia la principal población de la zona, Shakawe, donde según la 'lonely', y algún cartel, había alojamiento... (En Tsorilo también hay camping, pero no teníamos claro las condiciones de la carretera, ni del camping) Después de mucha vuelta hacia delante y detrás, sin encontrar nada, vinimos a parar a un 'camping-lodge' de noche ya cerrada (oscurece a eso de las siete y pico). Pero allí tardó en aparecer alguien, y para cuando lo hizo, no aclaramos mucho. La chica que nos atendió primero, llamó a una especie de encargada, que tardó un buen rato en llegar. Mientras, Marián y Marc, los más aventureros del grupo, estaban rumiando la idea de dirigirnos al pueblo (un montón de casas desperdigadas en mitad de la nada y sin iluminación) y pedir permiso a cualquier vecino para plantar nuestra tienda en su terreno...esta idea a Pepi y Dani se nos antojaba bastante peregrina...Suerte que la encargada apareció después de una eternidad. En el lodge, camping o lo que quiera que fuera aquel lugar en el que habíamos parado (era de noche y no quedaba claro) nos pedían una fortuna por acampar. Indagando un poco más, la chica acabó llamando un taxi, y siguiéndolo  en mitad de la noche por pistas laberínticas fuimos a parar finalmente al camping de la foto de arriba. El lugar era un tanto desangelado, máxime llegando a aquellas horas, pero era infinitamente más adecuado que ir a un campesino a plantarnos en su huerta (... opción absurda que continuaban proponiendo Marián y Marc...) y el precio bastante asequible. Si añadimos el saloncito con tele donde pudimos cenar en la foto de arriba y el arrullo nocturno de los hipopótamos en la noche africana, podemos decir que resolvimos bien la papeleta.

Nuestras tienditas por la mañana. Sí, el sitio era rústico. Las tiendas de detrás tenían cama dentro, teóricamente para posibles clientes, pero el precio no correspondía a la calidad...
Pero el entorno era bonito, estábamos justo a orillas del río Kavango, aguas arriba de su Delta.  Los hipopótamos de la noche estaban en algún lugar tras los cañizos...

Bueno, los baños y duchas eran básicos, básicos...


Hora de recoger bártulos y dirigirnos a las colinas de Tsodilo:
Buena parte del camino es por una pista de tierra en buen estado
En mitad de la llanura se alzan este grupo de montañas cuyas pinturas están declaradas patrimonio de la humanidad:

Cruzamos la entrada del enclave, contratamos un guía (obligatorio) y nos dirigimos a las primeras pinturas:
Fauna africana pintada por los San, quizás hace milenios. Las jirafas se reconocen fácilmente...

Los rinocerontes, también...

Las pinturas están por todas partes. Aunque lo que más abunda son los antílopes varios, si uno se fija con más detalle ve otros: debajo a la izquierda de la linea principal de animales hay dos más pequeños...
Aumentamos un poco: se supone que estamos ante un escorpión y una liebre...




Algunos paneles podrían estar 'firmados' por los autores

Un tablero de juegos prehistórico...

El guía es obligatorio, pero además gran conocedor de lo que enseñan...aquí nos muestra unos dibujos peculiares...

Parecen reconocerse una ballena, abajo, ¿o el bicho que parece un hipopótamo encima, pero  que parece soltar un chorro hacia arriba? Y la figura en forma de B a la izquierda, parece ser ¡un pingüino! (sí, en África haberlos, haylos) En fin, los San que pintaron esto debieron contar historias de animales exóticos y lagos infinitos a sus asombrados colegas...a casi 1000 km de la costa más cercana

Seguimos a nuestro guía por el 'Rhino trail'

Unos estilizados rinocerontes dan nombre al sendero...

Aunque la cronología de las pinturas es incierta, parece que algunas de las de color ocre, debidas a los san, podrían llegar a tener 20.000 años. Las de color blanco, en cambio, se cree que son de pueblos Bantúes que llegaron a la zona hace algunos siglos...

La excursión rodea parcialmente y trepa un trozo la 'colina hembra' (la 'macho' es la que se ve a lo lejos, y también hay unas colinas 'hijas' en la zona):
Al ganar altura la vista se va expandiendo. Es la única montaña que trepamos en toda Botswana...
Llegados a la zona alta aparecen grandes bloques. En la base de algunos de ellos hay pinturas que costaría encontrar si el guía no las indicase...




Además de animales, aparecen símbolos geométricos y personitas...
Una de las pinturas más famosas es la siguiente, y no crean que son cruces de misioneros:


El panel tiene el evidente nombre de los 'penes danzantes', aunque Marián también comentó algo sobre los culitos africanos claramente visibles...
Desde lo alto se contempla el amplio horizonte del Kalahari:

Botswana, un país plano...
En el descenso, a la agradecida sombrita, continúan apareciendo paneles llenos de animales.


Nos despedimos del guía y de este magnífico lugar y retornamos a la frontera con Namibia, saliendo ahora sí definitivamente de Botswana, por este viaje
Estampa nada rara de Botswana.

Casitas en las afueras de Shakawe

Una breve parada para deshacernos, en el super, de los últimos dineros (pulas) que nos quedaban...
Bueno, no eran todos estos, que la foto es de varios días antes...
Monedas de 2 y una pulas, y de 50. 25 10 y 5 thebe...Para la colección de Dani
Y sin un duro botswanito nos vamos a cruzar otra vez a Namibia...
El paso de Mohembo desde el lado Botswano
Nos hacemos una buena kilometrada en dirección a Rundu. Decidimos probar suerte con uno de los 'lodges' de la lonely planet unos 20 km antes, a orillas del río Kavango: el Nkwazi Lodge , el cuál ofrece un evidente contraste con nuestro camping de anoche:

Río Kavango, justo enfrente de los bungalowsitos donde nos quedamos...
La orilla de enfrente es Angola:


Angoleños dándose un baño

Esta noche las dos parejas nos decantamos por las espaciosas y agradables casitas:


Que sepan que hace unos días nos agenciamos una mosquitera parecida para nuestra casa de Benicarló (nos hubiese gustado traerla de África, pero no se consiguen...)


La ventana del nuestro. Un lugar excelente para Dani revisar sus listas de pajaritos (la guía en la mesa)

El sol se nos va tras la ignota Angola



El lodge es de bastante lujo, lleno de turistas de todas las naciones. Antes de la cena, cervecita y consulta de wasaps...



¡ Y por wasap nos enteramos que ha nacido nuestro sobrinito Enzo ! Aunque Dani no es en absoluto astrológico (vade retro!), no pudo evitar reflexionar sobre la curiosa alineación planetaria encima del Kavango...Desde aquí deseamos felicidades a sus papis, Arminda y Adriano y a su hermanita Zoe...

Alineación planetaria de Enzo



(Régulus es la estrella más brillante de Leo, casi invisible aquí por la cercanía al horizonte y el resplandor solar)







Después de un poco de astronomía, nos vamos al salón de las cenas...


Escondido en un rincón, localizamos un nuevo felino africano: una jineta, Genetta ¿cf. tigrina?
Podemos asegurar que la cena era acorde con el salón: un buffet libre bien completo y contundente...
Y después, una sesión de cánticos africanos alrededor de la hoguera. Es una de las maneras, entre otras, que ofrecen en este lodge para revertir parte de las ganancias en las comunidades locales:

Y luego llegó la noche africana...


Estrellas reflejándose en un remoto lugar entre Namibia y Angola...
(familiares para nosotros, ya avezados visitantes del hemisferio sur: Cruz del sur, en el cielo y en el agua, y más arriba  Beta y Alfa Centauri; se distingue también el 'Saco de Carbón' justo pegado a la Cruz y parte de la Vía Láctea en Centaurus...)
Más a la derecha el resplandor de ¿Rundu? y la Vía Láctea en la región de Scorpius-Sagittarius

A la noche sigue un bonito día:

Y a pesar de la noche astronómica, Dani atento a los pajaritos:
De nuevo (ver entrada anterior), African yellow white-eye, Zosterops senegalensis

Hartlaub's babbler, Turdoides hartlaubii

Little bee-eater, Merops pusillus


Wire-tailed swallow, Hirundo smithii

Ahora se trata de avanzar camino hacia el Parque Nacional Etosha, situado prácticamente en el centro del norte mamibio. Pasamos de largo Rundu, una ciudad de frontera al lado del Kavango y enfilamos la larga recta en dirección a Grootfontein...
Un mapita para situarse, con todo el recorrido de esta entrada
Fuente: Ezilon maps

Al poco de salir de Rundu aparecen los poblados vallados:


Centenares de puestos de venta de artesanías , o madera, o lo que quiera que sea, jalonan el borde de la carretera durante decenas de kilómetros. Viendo el escaso tráfico y la abundantísima competencia, no debe dar muchos ingresos a las muy humildes familias que viven en los poblados...




Nosotros paramos en un puesto al azar y acabamos comprándonos un mokoro en miniatura que ahora usamos de frutero en nuestra terraza...











A medida que descendemos hacia el sur el paisaje se va haciendo más árido


En unas dos horas (200 km) llegamos a Grootfontein, una especie de oasis civilizado en medio de un trozo vacío Namibia (el nombre, en afrikaans, significa 'fuente grande'...)
Calle en Grootfontein
Nuestra escala es realmente breve, más bien para estirar las piernas y echarnos un café:

La cafetería más decente que encontramos estaba en el supermercado...

Farinha de milho
El vistazo a los alrededores, en busca de arquitectura colonial alemana, es rápido...
Mercadillo en una calle céntrica
Grootfontein
Iglesia
También hay un museo en un fuerte alemán de final del siglo XIX; asomamos con el coche y está cerrado, así que continuamos ruta...


Nuestra siguiente escala está 60 km más adelante, la ciudad minera y colonial de Tsumbeb
Fundada por los alemanes a principios del siglo XX, lo cierto es que tiene un aire...

Eso sí, como es domingo, no hay un alma en la calle:

Calle principal de Tsumbeb...se ve que hora punta no era...




Además del aire colonial, también lo tiene minero...
Aunque el museo está cerrado

El único señor que encontramos en la calle principal, el guarda del banco...

Un memorial, en inglés, afrikaans y alemán

En uno de los abundantes chalets de estilo europeo (y alambradas que nos recordaron a Sudáfrica), nos encontramos con otro 'memorial' = recordatorio, el de 'perro chungo'
En inglés, afrikaans y una lengua africana local...

Saliendo de la ciudad vemos algo más de gente en un mercado cerca de la estación de tren
Continuamos rumbo NW (dirección Oshivelo) buscando quedarnos lo más cerca posible de la entrada Este al Etosha (ya contaremos en la siguiente entrada, pero aunque en el propio parque nacional hay zonas de acampada y alojamientos, fue del todo imposible reservar nada allí...)
Muy cerca de la bifurcación de la carretera que nos desvía al parque, nos encontramos una granja idílica donde pasar la noche:  Sachsenheim Guest Farm

El lugar en sí es una granja

Marc y Pepi se eligen bungalowsito...
y los bungalowsitos son un primor...

Y marianydani preferimos nuestra tiendita en África...
Nuestra casita de mil aventuras


Paseo por los alrededores:
Fork-tailed drongo Dicrurus adsimilis

Ovejas en África



Atardecer 'Memorias de África' total...
Después de una copiosa cena, con vinito sudafricano incluido y charla junto a la hoguera con algunos guiris alojados (mayoritariamente alemanes) nos vamos a disfrutad de la paz de la noche africana:

La alineación planetaria de Enzo continúa, aunque ahora la Luna se ha desplazado por encima de  Júpiter...
Para alegría de Dani, las pocas luces que hay las apagan a las diez de la noche, más o menos cuando también se ha ido la luna, quedando un magnífico cielo austral para entretenerse con el telescopio:
Región de Centaurus; la Cruz del Sur abajo a la izquierda
Mañana cruzaremos de banda a banda el Etosha, otro de los grandes parques nacionales africanos. En la próxima entrada vuelven los elefantes, cebras y demás, en medio de un paisaje de antiguos lagos salados de gran exotismo. Estén atentos.